Para el economista, entre las medidas que debe tomar el Gobierno para recuperar la economía están: detener la caída de la producción de crudo, controlar la corrupción en Pdvsa, desmontar los controles de precios y de cambios y abrir posibilidades de trabajo en el país a inversionistas extranjeros

Caracas.- Para el economista y diputado a la Asamblea Nacional, Ángel Alvarado, es urgente que el Gobierno promueva cambios en el manejo del país, desde todo punto de vista. Señala que la economía va por mal camino y que el gran perdedor es el pueblo de Venezuela, “que está pasando mucha hambre. La emergencia humanitaria se profundizará el año que viene si esto sigue igual”.

En entrevista con El Pitazo, este militante de Primero Justicia advierte que las criptomonedas o las monedas comunales no van a sustituir al bolívar o al dólar y que la única forma de ingreso seguro de divisas al país es mejorando la capacidad de producción de crudo de Pdvsa.

-¿Cuál es el legado, desde el punto de vista económico, del gobierno de Maduro en 2017?
– El principal es la hiperinflación que está viviendo el pueblo. Los precios están subiendo a una velocidad más rápida, con lo cual los salarios se mantienen rígidos. Va a haber un empobrecimiento mayor del pueblo venezolano; no se puede comprar ni alimentos o los bienes básicos para el venezolano. Este factor acelera muy rápido la crisis humanitaria. El segundo legado de Maduro, la depresión económica, la caída del producto interno bruto en 12 %, además de la depresión económica; son tres trimestres consecutivos de decrecimiento, esto es un colapso.

-¿Cuántos años tiene Venezuela con caída de su actividad económica?
-Son cuatro años de caída del Producto Interno Bruto, una cifra acumulada de 36 %; esto es brutal. Esto que pasa es algo parecido al colapso de la economía de la Unión Soviética, el período especial, la Cuba de los años 90, la gran depresión en los Estados Unidos de 1930. Esto se traduce en condiciones de vida para los venezolanos cada vez peores.

– El tema cambiario es fundamental en el análisis de los resultados macroeconómicos de este año 2017. Desde agosto, el Gobierno no liquida ni un solo dólar subsidiado a la tasa Dicom…
– Esto nadie lo entiende y el Gobierno debe dar explicaciones sobre este asunto. En 2017, el precio del barril de petróleo de Venezuela cerró casi en 60 dólares por barril, muy por encima del promedio registrado en 2016, unos 45 dólares. Esto no se ha traducido en inyección de divisas en el mercado cambiario.

Añade el diputado por el estado Miranda que “si Venezuela estuviese produciendo más petróleo, el flujo de caja de la República fuese mejor. Para nadie es un secreto que Pdvsa apenas produce 1,8 millones de barriles por día de petróleo, lo cual evidencia que el desastre de la administración pública llegó a la industria más importante del país. La mayoría de lo que ingresa en divisas se usa en pago de deuda y en importación de gasolina. Si los gobernantes fuesen serios, Pdvsa estaría produciendo 10 millones de barriles. Nunca antes un país, en tiempos de paz, había recibido tantos recursos producto de la venta de crudo como Venezuela. Ahora estamos en el colapso”.

– Este colapso de la economía se relaciona con la política monetaria que ha impulsado el Banco Central de Venezuela…
– Ciertamente, sus directivos son corresponsables de la crisis. En estos momentos, el Banco Central de Venezuela (BCV) está echando más bolívares a la calle sin respaldo, más que nunca. Hay más bolívares circulando en el país que peces en el mar. Son 100 billones de bolívares que impulsan la inflación y el alza del tipo de cambio en el mercado paralelo, que es donde los venezolanos pueden acudir a adquirir divisas. En estos momentos, el enorme gasto del gobierno está financiado por el BCV.

– Desde el alto gobierno se lanzó la propuesta de la criptomoneda para evadir lo que Maduro llama el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos. ¿El petro es la alternativa a la falta de dólares?
– No es alternativa alguna. Eso del petro es una utopía. El mercado de las criptomonedas en el mundo es muy volátil. En diciembre, el bitcoin ha caído muchísimo respecto al dólar. En estos momentos, hay una burbuja de las criptomonedas, lo cual no es una garantía de hacer negocios sustentables en el tiempo. Maduro no enfrenta ningún bloqueo. Lo que hay son sanciones a ciertos y determinados funcionarios del gobierno. El único bloqueo acá es a la ayuda humanitaria que tanto necesita el pueblo de Venezuela: requerimos alimentos y medicinas que acá no se producen ni se producirán. El país está quebrado y eso es responsabilidad de esta administración. El gobierno le sigue vendiendo crudo a su seguro comprador que no es otro que Estados Unidos.

– ¿Cuáles son sus estimaciones sobre la cifra de inflación de 2017? ¿Qué podría pasar en 2018 si no hay cambios en el manejo de la economía?
– Para 2017 la inflación puede estar en 2.000 % y para 2018, si eso sigue como va, entre 6.000 y 10.000 %. Así de dramático es; esto no da para más. Nadie se quiere imaginar lo que podría pasar. La crisis humanitaria y la hambruna seguirán. O hay cambio o hay más destrucción. Lo que pasa en Venezuela es un genocidio silencioso regido por la ignorancia y la soberbia, porque no hay voluntad de rectificación. Yo creo que en el país están dadas las condiciones para que haya una explosión social de grandes magnitudes y todo esto es provocado por el hambre y la necesidad de la gente. Si esto no cambia, el tipo de cambio en el paralelo será de 10 millones de bolívares por un dólar.

– Hay analistas cercanos al Gobierno que dicen que no habrá explosión social, pues los Clap son mecanismos de control muy bien diseñados…
– Esta crisis de falta de ingresos e importaciones de alimentos es tan severa que el gobierno no va a tener dinero ni para pagar el Clap. En noviembre hubo promesas de que llegaría todo: comida, juguetes, perniles y hoy no vemos nada. Cada vez hay menos capacidad de colocar alimentos en la mesa del venezolano, porque este sistema socialista es un modelo de depredación, que cada día deja menos. Nosotros manejamos estudios de opinión pública donde se refleja que la frustración y la violencia siguen subiendo entre los sectores populares. Esto se ha expresado en las últimas manifestaciones de calle, donde la gente clama por comida. El gobierno está sentado en un barril de pólvora.

– ¿Usted considera que el esquema Clap se agotó como medio de redistribución?
-El modelo Clap va rumbo al fracaso. Eso es un subsidio transitorio. No hay un plan de producción de alimentos en la industria nacional y no hay posibilidades de que la gente escoja qué y dónde comprar comida. El Gobierno tiene menos divisas y también está el tema de la corrupción. Hay miles de denuncias en cuanto al desvío de la comida ya pagada y nunca recibida en comunidades.

– ¿Qué medidas debería tomar el Gobierno si quisiera recuperar la economía?
– Tendría que detener la caída de la producción de petróleo, controlar la red de corrupción que hay en Pdvsa y que la ha destruido. Hay que desmontar los controles de precios y de cambios, además de abrir posibilidades de trabajo en el país a inversionistas extranjeros. Esto debería activarse en muy corto plazo. Algo muy importante es la generación de confianza para que Venezuela sea un polo atractivo de inversiones. Sin un cambio de modelo político no es posible el cambio del económico.

– Pero en países como Zimbabue, donde su expresidente controlaba un régimen autoritario, hubo cambios y hasta se pactó con el Fondo Monetario Internacional, se bajó drásticamente la inflación…
– No hay que cerrarse a la posibilidad de que el régimen haga cambios en lo económico. Pero debo advertir que en la Venezuela de 2017 se activó un plan de ajustes y este es genocida, con la hiperinflación que está acabando con el poder de compra del bolívar.

– El Gobierno insiste en que hay una guerra económica impulsada desde Miami y Washington para acabar con el país y que por eso activa medidas alternativas como las monedas comunales para atacar la inflación…
– Aquí la única guerra que hay es desde el Gobierno y contra el pueblo de Venezuela. La guerra económica es la excusa que usan los gobiernos socialistas a lo largo de la historia para tener a quien echarle la culpa de sus fracasos. Si Maduro no ha sabido manejar el bolívar cómo va a saber qué hacer con el petro y con el panal. Esa es una moneda de monopolio que no servirá, mientras el poder de compra del bolívar siga en caída libre.