La Fatal Arrogancia.

 

De cómo se gobierna la economía Friederich Von Hayek sabía mucho. De hecho el austríaco sabía que la mejor fórma de gobernar la economía era dejar a los cocineros diseñar sus propias recetas. Y a los panaderos cocinar sus propios panes. Es decir, el arte de gobernar la economía era una especie de democracia de los expertos en su tema – dejando a los comerciantes ejercer sus derechos, pagar los impuestos, y hacer transacciones en plena libertad.

Desafortunadamente, el gobierno ha ignorado ésta formula, y su negligencia es la razón principal para que la economía no solo haya colapsado sino que este momento esté implosionando. La hiperinflación podría llegar a 1.000.000% este año, y el pueblo en este momento no tiene ni para comer, a pesar de tener las reservas petroleras mas grandes del mundo.

En la “Fatal Arrogancia,” último libro de Friederich Von Hayek (1988), el nobel llega a una conclusión simple: ninguna civilización ha sobrevivido sin propiedad privada y como consecuencia, sin precios de mercado. Todo aquel que fije los precios de la economía usando un mecanismo distinto al mercado comete una “fatal arrogancia” que destruye todo lo que encuentra a su paso.

El hecho de que Maduro reconociera en el Congreso del PSUV hace un mes que su política económica había fracasado es una media verdad.

Tanto quería un nuevo comienzo, que decía en los pasados anuncios del 17 de agosto que “quería respetar las reglas del mercado”, también oímos cosas ortodoxas como “disciplina fiscal” o “eliminar la emisión de dinero inorgánico”, y el reconocimiento de que fueron ellos quienes produjeron esta criminal hiperinflación : “tuvimos que imprimir dinero inorgánico” cayéndose toda la absurda narrativa del dólar today. ¡No cayeron a coba!, lo sabíamos.

Sin embargo, escribo estas líneas para aquellos optimistas que quedaron confundidos ante esos escasos destellos de racionalidad económica, pensando en la posibilidad del mercado dentro del modelo socialista, o una nueva Perestroika. Lamento decirles que el modelo socialista se mantiene incólume, el congreso del PSUV declaró que ese proyecto no se abandonaba y los anuncios así lo confirman. Estas medidas no son neoliberales, ni liberales, tampoco son de mercado, son socialistas en el estado más puro y duro de la expresión. De hecho ahora son más cubanas con aquello de divisas convertibles, petro y dualidad monetaria.

Justo antes de anunciar la primera medida en la noche del pasado viernes, 17 de agosto, Maduro dijo que “ha llegado la hora de gobernar la economía, el mando de la economía debe llevarlo el Estado” a través a de la planificación central. Jorge Rodríguez hizo lo mismo el sábado ,18 de Agosto, comenzando su declaración diciendo que el Estado debe dirigir la economía. No nos dejemos a engañar, hemos entrado en la fase más radical del Socialismo del Siglo XXI. ¡Esta es la constituyente económica!

La pretensión de que los precios no cambien bajo el argumento de Jorge Rodríguez de que “los precios ya subieron porque todo esta dolarizado” y que por tanto, de ahora en adelante serán controlados en base a una nueva unidad de medida, el Petro; que los salarios de las PYMES serán pagados por el Estado y que estos “no van a bajar (en términos reales) ya que tienen un ancla en el Petro (como si el tipo de cambio oficial fuese a fluctuar con el dólar negro); y que la producción de 50 productos serán vendidos compulsivamente en un 70% al Estado a precios acordados”, es la expresión más diáfana de que el Socialismo es el proyecto al cual nos enfrentamos.

Este conjunto de medidas lo que quieren es la planificación más férrea de la economía para controlar: quien compra, cuanto compra, quien produce y cuanto produce, a través de una cartilla de racionamiento moderna llamada el carnet de la patria.

El sistema de controles se mantiene intacto. No creen que es el mercado quien fija los precios, no creen en la iniciativa privada, van a encarcelar a todo comerciante que se cubra de la inflación subiendo los precios para reponer su inventario. Viene la peor de todas las cacerías de brujas porque se desata la inflación y los controles llegaron con su nueva moneda, el Petro.

Esta la “Fatal Arrogancia” de Hayek, pensar que desde la silla de Miraflores se le puede poner precios a las bienes y servicios sin conocer la realidad de la calle, sin saber los costos subjetivos de los agentes, pensando que todos son esclavos del modelo cuya única función es cumplir órdenes. Pretender que los agentes no modifiquen los precios y vendan a pérdida con nóminas contraladas por el Estado suena a una masiva confiscación de toda la actividad económica.

El tiempo se le acabó a Maduro, ha demsotrado que no quiere rectificar, debe irse de inmediato.

Por eso, el llamado es la unión de todos los sectores en una protesta masiva hasta derrotar al Socialismo del Siglo XXI.